viernes, 21 de diciembre de 2007

19 DE DICIEMBRE: CIERRE DEL CICLO DE PENSADORES NACIONALES, HECHO POR JOVENES REVISIONISTAS



El miércoles 19 de Diciembre último a las 19 horas, tuvo lugar el cierre del ciclo de conferencias "Los Pensadores Nacionales" organizado por Jóvenes Revisionistas en las instalaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas 'Juan Manuel de Rosas', ocasión que contó con numeroso público y en el que, además, se hizo entrega de diplomas a los distintos conferencistas que expusieron sus temas.

Luego de la conferencia dada por la Lic. Leticia Manauta cuyo título fue "Las Mujeres en la Historia Argentina", al cierre de la misma se procedió a la entrega de las distinciones. Algunas de las siguientes imágenes captadas en la ocasión, dan cuenta de ello:


Ernesto Ríos, diploma en mano, junto a Federico Addisi y Alberto Gelly Cantilo.


Personalidades como el Dr. Ernesto A. Ríos, Eduardo Rosa -hijo del gran pensador revisionista José María Rosa-, el Dr. Francisco J. Pestanha, el Prof. Jorge Oscar Sulé, etc., etc., recibieron la humilde y simbólica distinción de manos del presidente actual del Instituto Nacional 'Juan Manuel de Rosas', Dr. Alberto Gelly Cantilo y del presidente de Jóvenes Revisionistas, Sr. Federico Gastón Addisi. Más tarde, el profesor Sulé tomó la palabra, y allí vindicó el esfuerzo que durante todo el 2007 hizo Jóvenes Revisionistas en pos de sembrar, en la juventud extraviada por tanta propaganda foránea, los ideales de argentinidad, religión y cultura criolla. Asimismo, expresó que "ni los marxistas ni los liberales se acordaron de los caudillos" como sí lo ha hecho desde siempre el nacionalismo a través de la corriente historiográfica revisionista. El papel del Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas, dijo, "tiene como misión crear criterios y formar a los jóvenes en lo nacional para que después salgan a la práctica política".


Dos distinguidos reconocimientos: a la izquierda de la imagen, Enrique Oliva, un histórico dirigente de la Resistencia Peronista de los años 50 y 60. A su lado, el Profesor Jorge Oscar Sulé.

Durante la jornada que significó el cierre del ciclo de conferencias hecho por Jóvenes Revisionistas, estuvieron presentes delegados de la Falange Española de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacionalsindicalistas) - Delegación de Buenos Aires [ http://www.juntoafe.com.ar/ ], con quienes tuvimos la oportunidad de intercambiar opiniones y puntos de vista. Hace dos años que tienen dicha delegación en el país, con la sola y honorable finalidad de construir un afianzamiento irrenunciable entre la España católica, nacional y trabajadora con una Argentina que vuelva a sentir en su corazón la tradición hispánica que la ha fundado.



Federico Addisi acompañado de uno de los representantes de la FE de las JONS - Delegación Buenos Aires, quien muy gentilmente se acercó para estrechar vínculos de camaradería.

En ese intercambio entre agrupaciones hermanadas por el origen en común con la Madre Patria -hoy sumamente bastardeada por gobiernos liberales-socialistas cuando no masónicos-, es que los representantes de la FE de las JONS donaron algunos videos inéditos en formato de DVD, lo mismo que un libro explicativo de qué es el NacionalSindicalismo, actualizando sus fundamentos que fueron volcados a la teoría en los años 30.

Finalmente, y como postre para una tarde-noche cordial y con amigos, más que con profesionales del campo nacional, se hizo presente el Vino de Honor. Esta imagen da cuenta de que no se escatimó en vino.




jueves, 13 de diciembre de 2007

13 DE DICIEMBRE: PASO A LA INMORTALIDAD DEL CORONEL FEDERAL MANUEL DORREGO


Manuel Dorrego encomendando su alma a Dios, momentos antes de su ejecución llevada a cabo en la localidad de Navarro, provincia de Buenos Aires, el 13 de Diciembre de 1828.


A mediados de 1828 las Provincias Unidas del Río de la Plata le habían propinado una soberana derrota al Imperio del Brasil, que a partir de entonces se confundió en un estado de anarquía y desorden como nunca antes se había visto. Todo indicaba que, observando tal estado de desmadre, las tropas criollas podrían fácilmente tomar posesión de los territorios del sur del Brasil y, como lo había concebido el Coronel Manuel Dorrego, llegar hasta la propia ciudad capital del Imperio brasileño. Pero, ¿por qué circunstancias llega Manuel Dorrego a la gobernación de Buenos Aires? Porque el masón unitario Bernardino Rivadavia fue presionado para que renuncie en 1827, a raíz de que teniendo todo a favor en la guerra contra el Brasil, aquél decide firmar un Tratado Preliminar de Paz con el Imperio en el cual se devolvía la Banda Oriental a los brasileños... Rivadavia se "basó" en los tiempos en que los portugueses invadieron la provincia oriental cuando el patriota José Artigas gobernaba dicho territorio. De esta manera la Junta de Representantes nombra el 12 de Agosto de 1827 a Dorrego como nuevo gobernador. Mientras tanto, la guerra continuaba con una clara ventaja para las fuerzas argentinas. La idea de Dorrego, pues, de atacar hasta su propia capital a las fuerzas luso-brasileñas enemigas no era para nada imposible. Pero ya para entonces comenzaron los finísimos oficios de la masonería inglesa, que enseguida vio en la figura de Manuel Dorrego un enemigo al que había que eliminar como sea. El primer paso que juzga necesario Dorrego hacer es la recuperación de la Banda Oriental, en donde pensaba tener 12.000 hombres armados para que expulsaran a los brasileños. Luego se iría por el resto. Pero las finanzas, tras tantos años de guerra, empezaban a flaquear. Un siniestro personaje, británico el mismo, Lord Ponsonby empieza a mover su diplomacia, de un lado y del otro. Ponsonby quería que Dorrego, en primer lugar, firme la paz con el emperador Pedro I de Brasil. Un informe de Lord Ponsonby decía lo siguiente: "Es necesario que yo (Ponsonby) proceda sin demora y obligue a Dorrego, a despecho de sí mismo, a obrar en abierta contradicción con sus compromisos secretos con los conspiradores y que consienta en hacer la paz con el emperador...". Las "conspiraciones" de las que Lord Ponsonby endilga a Dorrego eran aquellas inspiradas en la creencia de que el patriota federal buscaba una ganancia ilícita al negarse a hacer la paz con el Imperio del Brasil. Nada más errado.

Los trabajos infames de la masonería inglesa persistieron al ver que Dorrego era insobornable. En los comienzos de 1828 escribe Lord Ponsonby al primer ministro británico Lord Dudley: "Mi propósito es conseguir los medios de impugnar a Dorrego si llega a la temeridad de insistir sobre la continuación de la guerra", y a manera de presagio funesto, agrega: "Me parece que Dorrego será desposeído de su puesto y poder muy pronto; el partido opuesto a él (los unitarios salvajes) espera noticias de Córdoba para proceder"...

Entonces Lord Ponsonby deseaba la declaración de la "independencia" de la Banda Oriental como estado-nación, o como "estado tapón" que, bajo los auspicios ingleses, les permitiera cierto control sobre el Río de la Plata. En cambio, a estas alturas, Manuel Dorrego se ve amenazado por la propia Junta de Representantes –eminentemente logista y relacionada a las finanzas británicas- que le niega recursos salvo para pagos mensuales de pequeñas sumas, y entonces prefiere dejar a los orientales a que decidan libremente sobre su futuro, que sean los propios habitantes de la Banda Oriental quienes decidan sobre el porvenir de su tierra. Pedro I, presionado por la mala situación financiera del Brasil y alertado por una revuelta interna que iba a tener lugar dentro del Imperio, lo cual hacía peligrar su poder, acepta por pedido de Lord Ponsonby la independencia de 'Cisplatina' -nombre con el que se conoció primeramente al actual territorio del Uruguay en su proceso de independencia-.

En agosto de 1828 la masonería británica se sale con la suya: se firma una Convención preliminar que establece:


1) La renuncia de Brasil y la Argentina a la "provincia de Montevideo llamada hoy Cisplatina" que se constituirá en Estado libre e independiente.

2) Ambas naciones se obligan a defender la independencia e integridad del nuevo Estado.

3) Un congreso oriental redactaría su constitución, que sería examinada por comisarios de la Argentina y Brasil “con el único fin de ver si en ella se contiene algún artículo que se oponga a la seguridad de sus respectivos Estados”.

4) Las tropas argentinas y brasileñas evacuarían el territorio oriental dentro de los dos meses.

5) Canjeado el Convenio Preliminar, se nombrarían plenipotenciarios para el tratado definitivo: “Si lo que no es de esperarse las altas partes contratantes no llegasen a ajustarse, no podrán reanudar las hostilidades sin previa notificación hecha recíprocamente seis meses antes con conocimiento de la potencia mediadora (Inglaterra)”.

6) Por un artículo adicional Argentina y Brasil se reservaban por quince años la navegación del Río de la Plata y sus afluentes.
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Este panorama obliga a Manuel Dorrego a firmar dicha Convención ya que Gran Bretaña lo amenazaba seriamente. Así fue como urdidos por la diplomacia masónica inglesa, los unitarios vieron en Dorrego a un “traidor”, y decidieron –General Juan Galo Lavalle mediante- destituirlo de la gobernación de Buenos Aires en lo que bien hay que decir que fue: un Golpe de Estado. Y luego se lo mandaría a fusilar, el 13 de Diciembre de 1828.

Explica José María Rosa sobre aspectos de la conspiración tramada contra el Coronel federal Manuel Dorrego luego de la “independencia” de la Banda Oriental: “El plan del representante británico (Lord Ponsonby) era alentar la libertad de prensa para enconar las pasiones. Insinuarle a los agiotistas que Roxas y Patrón [ministro de Finanzas dorreguista] acabaría con los negocios, a los militares que Dorrego era culpable de la humillación argentina, a la “gente decente” que los “chacuacos y compadritos” la habían suplantado. Y enconar a los federales reputados como “decentes” contra el gobernador de los orilleros: en Córdoba estaba el desplazado y despechado Bustos que rumiaba su ambición, aquí el joven Juan Manuel de Rosas que amontonaba peligrosos prestigios en su comandancia de campaña. Ambos podían servirle de instrumento para demoler a Dorrego”. Hasta se ha dicho que los propios unitarios alentaban a los caudillos Juan Bautista Bustos y Juan Manuel de Rosas para que derroquen a Manuel Dorrego, con el apoyo de los hermanos Anchorena, y al respecto hay un ejemplo claro que desarma estas falsas hipótesis: Juan Manuel de Rosas ungido por el entonces gobernador Manuel Dorrego como Comandante General de las Milicias de campaña de Buenos Aires, al advertir la jugada en que se habían metido sus parientes los Anchorena, renunció a la comandancia en 1º de Abril de 1828, por lo que pocos días después fue ratificado para que se quede en su cargo por el propio Manuel Dorrego. Y hasta el propio Juan Manuel de Rosas le escribe al gobernador Dorrego: “El ejército nacional llega desmoralizado por esa logia que desde mucho tiempo nos tiene vendidos; logia que en distintas épocas ha avasallado a Buenos Aires, que ha tratado de estancar con su pequeño círculo a la opinión de los pueblos; logia ominosa y funesta contra la cual está alarmada la nación”. Pero como ocurrirá con las advertencias que Rosas le diera años más tarde a Juan Facundo Quiroga, Dorrego no le prestó mucha importancia a esa misiva…

Ya a finales de 1828 los unitarios querían derrocar al gobernador de Córdoba, General Juan Bautista Bustos, un leal de la causa federal. En abril de 1829, el unitario José María Paz se hará con la gobernación cordobesa, ocupando –como su par Lavalle en Buenos Aires- una provincia central e importantísima como Córdoba. Todos los logistas se preparaban para revolucionar el país, con la ayuda británica que influenciaba todo desde la portuaria Buenos Aires.

Por último, el Banco Central en Buenos Aires que antaño se negaba a pagarles los sueldos a los funcionarios de Dorrego lo mismo que a las tropas argentinas que guerrearon contra el Brasil, ahora con Lavalle se ponía al día adelantando todos los sueldos atrasados.



1º de Diciembre de 1828: el delincuente subversivo y masón Juan Lavalle se apresta a tomar el Fuerte de Buenos Aires, destituyendo al legítimo gobierno federal y patriota del Coronel Manuel Dorrego.

sábado, 1 de diciembre de 2007

ARCHIVO: REPORTAJE AL EX CORONEL MOHAMED ALI SEINELDIN DEL AÑO 2000, ANTE UN NUEVO 3 DE DICIEMBRE


Es una tarde cualquiera del siglo XXI. Retumban los pasos cuando alguien camina en los regimientos del Ejército del país, desolados, inanimados. Los patios yacen vacíos, sin soldados ni oficiales a la vista, y los pasillos encuentran ocasionales uniformados desesperados, burócratas, oficinistas, sin el orgullo de las charreteras ni de las medallas o consideraciones de otrora. Como dicen por allí "ya no hay más espíritu de cuerpo" como antes. Y es cierto, esto es fácil de comprobar. Los silencios, tan característicos en el mundillo militar, hoy abren grandes misterios...y grandes incertidumbres.

Desde aquél 3 de Diciembre de 1990 que no se supo qué fue del sector nacionalista del Ejército Argentino. Unos dicen que el mismo quedó desmembrado -tal vez- para siempre. Otros afirman que de tanto en tanto persisten elementos nacionales en la fuerza, aunque vigilados o enviados a destinos lejanos, en los confines de la Patria, cual traidores o "subversivos". De poco sirve, para el caso, saber que el actual jefe del Ejército Argentino, Tte. General Roberto Bendini, es rosista-peronista (dos fuentes de extrema confianza nos indicaron esto que aquí se corrobora), porque por encima está el enemigo de ayer...

Tampoco el supuesto "periodismo de investigación" quiso hacer una exhaustiva investigación sobre los sucesos de 1990. Señores, hemos tenido en estos años acceso a oficiales y suboficiales que estuvieron en las acciones del levantamiento 'carapintada'. Nos han hablado de francotiradores que Carlos Menem y Balza mandaron poner en lugares estratégicos, para que se desaten las balaceras, como por ejemplo, en el Regimiento de Infantería I 'Patricios'... Un suboficial, ya en proceso de retirarse, nos decía que está por hacer un libro contando con lujo de detalles lo acontecido en el levantamiento militar, que ahora no es conveniente publicarlo. Por supuesto, ese suboficial participó en uno de los feroces enfrentamientos, y vio como un hombre entre las sombras le descerrajaba un tiro en la cabeza a un oficial del Ejército. Todavía se acuerda del lugar exacto en el que la masa encefálica junto a los cabellos quedaron como 'pegados' en una pared...


UN REPORTAJE DEL PERIÓDICO "CRÓNICA" AL EX CORONEL SEINELDÍN CUANDO ESTABA DETENIDO EN LA PRISION DE CAMPO DE MAYO - Jueves 25 de Mayo de 2000



Por Alicia Barrios

En su lugar de detención, el Regimiento de Campo de Mayo, el ex coronel Mohamed Alí Seineldín brindó un reportaje exclusivo a Crónica, en el que no se calló absolutamente nada. Una nota imperdible a este ex combatiente de Malvinas en una fecha tan especial como la de hoy, que celebra un nuevo aniversario del primer gobierno patrio.

-P: ¿Cómo fue el 25 de mayo en la Guerra de Malvinas?

-R: Estaba previsto realizar las operaciones el 24 de mayo para festejar el 25 la segunda independencia de los ingleses, porque la primera fue de los españoles. A raíz del episodio de las islas Georgias se adelantaron los acontecimientos para el 2 de abril. Ese 25 para mí fue maravilloso. Un día que lo celebré en la trinchera defendiendo la Patria. Yo fui en la búsqueda de un patrimonio que tenía que recuperar, pero más que nada la independencia cultural de los anglosajones.

-P: En la memoria popular, después de Malvinas, hay quienes creen que los generales argentinos fueron machos con sus hermanos y cobardes con los enemigos.

-R: Muchos de nuestros generales fueron a cumplir una misión pero no entendieron para qué. Más de uno protestaba porque lo mandaban. Otros sentíamos alegría de tomar las islas. Unos venían porque cumplían una orden, otros no tenían idea, pero yo sabía para qué. Nosotros nos preparamos mentalmente, profesionalmente y espiritualmente para esa misión. Había generales que venían de hacer política. Hasta ese momento se repartían el país: 33 por ciento para la Marina, 33 para el Ejército y 33 para la Aeronáutica. No habían desarrollado una hipótesis de conflicto. Nosotros éramos hombres de comando y no estábamos de acuerdo con la intervención de los militares que interrumpieron la democracia. Nosotros llegamos con fe, con alegría y a los tiros para adelante.

-P: ¿Qué clase de soldado era el general Martín Balza?

-R: Un desconocido. Estos generales llegaron derrotados porque no estaban preparados para la guerra. Estos hombres fueron los que hicieron la represión. Balza es un gran traidor, que traicionó la Patria por su beneficio personal. Yo perdí mi vida, porque esa es la condición de un hombre que está preso. Pero él es un hombre que entregó el Ejército para su beneficio. Un hombre que mintió el 3 de diciembre sobre los verdaderos fines del pronunciamiento militar. El sabía que nosotros queríamos preservar la Defensa Nacional, pero utilizó francotiradores que dispararon contra las ambulancias y para activar la contienda. Mintió en el caso Carrasco, cuando desde el EMEGE se procuró enturbiar el episodio. Así benefició la reelección de Menem, eliminando el servicio militar obligatorio. Convalidó la explosión de Río Tercero para que el ex gobierno pudiera negociar la privatización de Fabricaciones Militares. Nada de esto es menos serio que los jóvenes del ejército, por obra y gracia del general Balza están oprimidos, con la carga moral de culpas de terceros, y están sometidos de por vida a cargar con la vergüenza de llevar el uniforme militar.

-P: ¿Para usted el Che Guevara fue un valiente?

-R: Fue un aventurero que nació en una familia oligárquica. Salió a recorrer Latinoamérica. Llegó a Cuba, se sintió cómodo y se quedó. No es una persona que tuviera una gran formación.

-P: ¿Y el subcomandante Marcos?

-R: Tiene motivaciones claras, pero sin querer está cumpliendo las estrategias anglosajonas. Todo lo que es el indigenismo es un arma más del imperialismo para la dominación de los países. Chiapas es un lugar donde existen enormes reservas petrolíferas que están rodeadas de indígenas. Por eso están los británicos. El comandante Marcos está impregnado de un catolicismo humanista de teología de la liberación y de intereses ingleses.

-P: ¿Las Fuerzas Armadas tienen que luchar contra el narcotráfico?

-R: Hay un nivel que tiene que hacerlo, que es el medio, el de las Fuerzas de Seguridad. El problema es que todo el que entra a luchar se corrompe, porque una bolsita sale 30 mil dólares. Nosotros no apoyamos que las Fuerzas Armadas luchen contra el narcotráfico. Cuando yo estaba en Panamá, el doctor Carlos Menem, me mandó a dos emisarios: Julián Licastro y el embajador Héctor Flores. Me necesitaba para recomponer el Ejército que estaba en estado de rebeldía. Me encontré con Menem, estaba César Arias, el mayor Pérez. Me dice: "Bueno paisano, necesito arreglar todas estas cosas de la institución". Me dio las soluciones y agregó: "Bueno, paisano, yo lo necesito al lado mío". Le expliqué que no podía quedarme con una de las partes desunidas del Ejército. El insistió: "Pero yo lo voy a necesitar". Le ofrecí que podíamos ocuparnos del narcoterrorismo. Conformamos un batallón de 200 comandos con la línea moral y ética nuestra. Después de esto nos sentamos en otra mesa: el coronel Baraldini, yo, César Arias, Gustavo Beliz, Raúl Granillo Ocampo, Gustavo Martínez Zuviría. Les expliqué que tenía un batallón de acción rápida para pelear contra el narcoterrorismo. Ahí nos dieron el visto bueno y nos pusimos a trabajar. Me llevaba del Ejército a los oficiales de los levantamientos para no incomodarlos en el Ejército en carácter de retirada. Después recibí la orden que no se hacía. Yo desconfiaba porque acá se libraba una batalla tremenda por el manejo de la droga. Había encontrado la manera de pelear en serio. Inmediatamente, sin decirnos nada, derogaron el proyecto. Que el narcotráfico lo manejaba el gobierno no quedaban dudas. Este batallón que lo teníamos diagramado tuvo una sorpresa, a sus oficiales empezaron a darlos de baja y los pusieron en disponibilidad.

-P: ¿No sueña con tener su propio 17 de octubre y que sea el pueblo quien lo libere como sucedió con el general Juan Domingo Perón?

-R: Para mí este es un reino de paso, no hecho raíces. A mí me van a venir a buscar de otro reino. No pienso participar en política. Tengo duros problemas personales, tengo que recomponer mi casa, el diálogo. Llevo diez años preso y mi situación económica, que también voy a tener que encaminar, es desastrosa.

-P: ¿Alguna vez le perdonó la vida al enemigo en la guerra?

-R: Qué pregunta difícil. Yo tengo que ser, siempre que combato, generoso con el enemigo cuando se rinde. Cuando los ingleses se rindieron en las islas los traté con generosidad, inclusive lo traté duramente porque nos dijo que le faltaba dinero y nos trató de ladrones. Mandé tres soldados a buscarlo y lo encontraron. De inmediato lo reté y él me pedía disculpas. Cuando volvimos fue generoso conmigo y hasta me ofreció un vehículo para llevarme diez kilómetros.

-P: ¿Las armas y la política van por distinto camino?

-R: No, las armas obedecen a la política. "Nosotros siempre podremos obtener fuerza de la razón", escribió Antonio, un amigo del subcomandante Marcos.

-P: ¿No cree que la represión de la década del 70 aniquiló a la juventud más idealista y valiosa de los últimos años?

-R: El imperialismo pagó a la juventud para que ataque y a los militares para que golpeen. Como no tenían experiencia dejaron el baño de sangre que aprovecharon los de afuera. Se perdieron de ambos lados, inútilmente, porque mordieron el anzuelo. Después siguieron rompiendo. El proceso: la pequeña y mediana empresa; Raúl Alfonsín: las Fuerzas Armadas, y Menem, los gremios. Se perdió mucha gente valiosa de uno y otro lado.

-P: ¿Cuánto hace que no canta "Aurora"?

-R: Diez años, pero acá cuando en las fechas patrias izamos la bandera cantamos "Aurora".