miércoles, 30 de abril de 2008

1º DE MAYO: DIA DEL TRABAJADOR ARGENTINO


Lo que sigue es el discurso pronunciado por el dirigente Bonifacio Lastra en la plaza San Martín, en la Marcha de la Soberanía organizada por la Alianza Libertadora Nacionalista, el 1º de Mayo de 1943. Como nos sabemos revisionistas, es nuestro deber quitar del olvido las manifestaciones de agrupaciones patrióticas que hicieron historia en la lucha por la Patria y sus tradiciones, más allá, aclaramos, de compartir del todo o medianamente la forma en que suscribían al movimiento nacionalista argentino. Por otra parte, a todos los trabajadores del pueblo argentino, feliz día para ustedes. Gracias.:


"Camaradas:

"Consagrado el 1º de mayo como día símbolo de las reivindicaciones de las masas obreras, fué festejado desde entonces y durante el último medio siglo, bajo el signo del odio. Odio condenable, sí, pero cuya verdadera culpa debe imputarse al despiadado capitalismo que provocó ese sentimiento de reacción.

"Ya gobernaba a las naciones el Régimen Liberal, instrumento de una burguesía bajo cuyo despotismo económico sufrió la clase trabajadora una miseria como no conoció antes de la Revolución capitalista. Las frases lapidarias de León XIII y de varios Pontífices que le sucedieron, pronunciadas contra el egoísta capitalismo, cubren cualquier sospecha de demagogia que pudieran despertar mis palabras.

"Sin hacer del judaísmo el chivo emisario de todos los sufrimientos de la clase trabajadora, porque no son todos judíos los culpables de la injusticia social, es indiscutible que el judaísmo es el factor preponderante de esa injusticia.

"Dueño de la banca internacional desde que aquella familia de los banqueros Rostchild decidió desparramarse por las grandes capitales del mundo, los hombres de Israel dominan con el préstamo usurario toda la industria y la producción. Con ese monopolio de la banca determinan toda la economía, condicionando la producción, no a las necesidades de los hombres, sino al lucro personal.

"Y fué el judaísmo quien desencadenó sobre el mundo toda una manera de pensar y de sentir sensualista, anti-heroica y anti-espiritual.

"Los capitalistas cristianos, en parte por salvarse de la competencia ruinosa de una economía desquiciada y deshumanizada, en parte porque resultaron víctimas de aquella banca internacional, y también por un excesivo espíritu de ganancia provocado por el materialismo reinante en un mundo corrompido por esa prédica judía, se hicieron partícipes en el pecado de explotar a las masas trabajadoras.

"Y así, mientras eran judíos los que dominaban la riqueza de los países y mientras su influencia se hacía sentir en los gobiernos -cuando no eran los mismos hombres de Israel los que gobernaban- y mientras daban al arte y a la belleza un sentido materialista y perverso, ¡cosa extraña!, eran también judíos quienes predicaban el comunismo y la revolución social y enseñaban a las masas sumidas en el sufrimiento que su explotación iba a cesar si odiaban a Dios y negaban a la Patria.

"Aparente contradicción, ésta de explotar a los hombres e incitarlos al mismo tiempo a la revuelta!

"Es que el plan de la judería no puede resultar más claro. Adueñada de la riqueza, sometidos a su yugo los gobiernos, corrompidas las costumbres y lanzadas unas clases sociales con otras, fácil será la destrucción de las naciones cristianas para implantar el imperio universal judío y esperar después, de acuerdo a sus profecías malditas, que llegue su Mesías, el Mesías que reemplazaría a nuestro Cristo, ese Cristo que negaron y crucificaron hace 19 siglos.

"La Argentina no iba a sustraerse a la siniestra maquinación. Cayó nuestra economía bajo su garra. Los gobiernos extranjeros de las naciones imperialistas pusieron sus resortes al servicio de la banca internacional, y un día nos despertamos con las manos atadas, comprobando con dolor que no existía ya aquella independencia proclamada por nuestros abuelos. Nuestras fuentes de producción, nuestros transportes, nuestro comercio, todo estaba en manos de los enemigos de la Cristiandad.

"Y el libro y la prensa, como emisarios de esa gente que vendría pronto a inundar nuestros campos y ciudades criollas, llegaron trayendo el mensaje del odio y de la revuelta social. Extranjeros contaminados y agentes ocultos o manifiestos de la judería -la pronunciación gangosa señalaba la casta- se encargaron de desparramar la mala semilla.

"Así apareció en la Patria el comunismo y el odio de clases. Lo que debió ser una resistencia a la injusticia social, lo que debió ser una justificada lucha por la emancipación de los trabajadores, se convirtió, por obra y gracia de la maniobra judía, en una doctrina de odio, de destrucción de la nacionalidad, de ateísmo y de disolución de la familia. Nada extraño que los que no tienen patria y odian a los cristianos porque los cristianos les recuerdan su deidicio, pretendan hacer aparecer al capitalismo que ellos dominan, aliado de Dios y de la Patria.

"Engañados con esa prédica, los trabajadores embanderados en los sindicatos y partidos políticos de izquierda, no gritaron solamente, como tenían todo el derecho, por su pan y por su vivienda, por su liberación y por su dignidad, gritaron a menudo mucho más, contra la Religión y contra la bandera.

"Y frente a las izquierdas, los partidos de derecha se cerraron en su dogma reaccionario. Para ellos el pueblo no tenía derechos, las masas ignorantes no tenían otro destino que el de laborar y sufrir en silencio. Todo el que predicara una transformación social que pudiera afectar los privilegios inauditos del capital, era un comunista. El hombre de trabajo que exigiera el respeto de sus derechos, un anarquista.

"Ya decía el gaucho Picardía en el poema de Martín Fierro:

"Y quiso al punto quitarme/ la lista que yo llevé,/ más yo se la mezquiné/ y ya me gritó... "anarquista/ has de volar por la lista/ que ha mandao el Comité".

"Los conservadores de antes monopolizaron frente a las izquierdas, la idea de la nacionalidad, el sentimiento tradicionalista, pero no comprendieron que la Nación no puede formarse al margen del pueblo, porque así como la historia y el destino constituyen el espíritu de una Nación, el pueblo constituye su substancia.

"En cuanto al viejo radicalismo, que encarnó en un momento las ideas de nación y pueblo, pudo haber sido el precursor de nuestros ideales, pero el régimen liberal y el electoralismo lo perdió para siempre, y hoy yace agonizante en la podredumbre de sus caudillos y en la deserción de sus principios.

"Tocó al Nacionalismo ser el movimiento político que encauzara las reivindicaciones sociales dentro del marco de la Nación. Tenía que ser la juventud de los nuevos tiempos, esta juventud alegre y trágica a la vez, alegre porque marcha con el optimismo de su fe y su amor a la vida, pero trágica en su visible decisión de enfrentar el sacrificio y hasta la muerte en la defensa de sus ideales. Tenía que ser esta juventud de los nuevos tiempos, generosa, honrada y heroica, la que observando la disputa de derechas e izquierdas recogiera lo bueno y apartara lo malo de las viejas banderías. Tenía que ser el Nacionalismo, orientación de una juventud exaltada en el afán de liberar y engrandecer su Argentina, y tocada al mismo tiempo por un sentimiento de irritación y de rebeldía ante la injusticia social imperante bajo el Régimen, tenía que ser ese Nacionalismo el que enfocando el problema de Nación y pueblo dentro de una armonía que conciliaba la supuesta oposición de izquierdas y derechas, hallara la solución capaz de hacer la felicidad del país.

"El 1º de mayo de 1938, unos cuantos estudiantes y obreros de la Alianza de la Juventud Nacionalista, venciendo toda clase de obstáculos y resistencias, se lanzaron a la calle para consagrar pública y definitivamente el sentido popular y social del nacionalismo. Ya la calle dejó de ser monopolizada por la manifestación de las izquierdas. El Nacionalismo habái afirmado públicamente su encauzamiento por la única senda que le da categoría de movimiento nacional y revolucionario.

"Ya perdieron sentido para siempre las voces de derecha e izquierda. Y perdieron sentido porque el Nacionalismo les ha arrebatado lo único que justificaba la postura de cada una de esas fuerzas. Les arrebató a las izquierdas su doctrina de justicia social, filtrándola de las sucias contaminaciones judías. Les arrebató a las derechas su bandera de nacionalidad y tradicionalismo, despojando esos conceptos del sentido reaccionario y antipopular que divorciaba a las derechas de las masas.

"Nacionalistas: Sobre las ruinas de los caducos partidos argentinos y de las perimidas doctrinas de los tiempos viejos, se levantan sólo dos fuerzas capaces de dominar el campo de la patria. Estas dos fuerzas, el Nacionalismo y el comunismo, una nacional, la otra extranjera -aunque tenga entregadores aquí dentro- serán, una o la otra, dueñas del destino de la Nación. Todo lo demás es provisorio y cualquiera sea la fuerza o el partido que tenga los comandos en el futuro próximo, sólo reinará en un interinato, para caer pronto o para abrir paso a una de esas dos fuerzas.

"Sepan los trabajadores argentinos que el comunismo los dejaría sin Dios, sin Patria y sin Hogar; que el comunismo haría de la Argentina un feudo del imperialismo de Moscú. Sepan también que nosotros no hacemos demagogia, y por eso declaramos que habrá, bajo nuestro régimen, propiedad privada; y habrá patronos y obreros, y ricos y pobres. Pero tengan la seguridad de que la propiedad privada estará al servicio de todos los argentinos. Que el propietario será sólo un servidor de los intereses de los que no tengan bienes. Que los patronos serán meros administradores de sus industrias y comercios, con toda la autoridad y jerarquía que es indispensable para la marcha de una empresa, pero también con toda la responsabilidad y deberes del que está sirviendo, no a sus intereses, sino a los intereses de la Nación. Y sepan que los que no supieron dominar su avaricia frente a la miseria de los pobres, una fuerza superior a su fría y calculadora conciencia doblegará su egoísmo y hará que los ricos sean menos ricos y los pobres menos pobres.

"Y como ésta no es la ciudad de Dios sino la ciudad de los hombres, con todos los vicios de la humana naturaleza, un Estado que no responderá a los intereses de ninguna clase, un Estado fuerte, un Estado autoritario pero respetuoso de la dignidad humana, impondrá esa justicia social que hasta ahora no pudo implantar ningún Estado liberal.

"Y será un Estado autoritario para evitar que los económicamente fuertes dominen a los débiles. Un Estado autoritario como es indispensable para liberar y engrandecer a la Nación y para poner coto a la fuerza dominante del dinero.

"Y bajo ese Estado habrá libertad, mucha más libertad que ahora. Habrá la nueva libertad que canta el himno de la Alianza; una libertad distinta a la de ahora, en que mientras la prensa dice lo que quiere y mientras los pretendidos tribunos del pueblo usan y abusan de sus fueros, y mientras los ciudadanos se forjan la ilusión de que eligen su gobierno porque colocan un voto en una urna, el pueblo padece miseria mientras la plutocracia ría a mandíbula batiente de que haya todavía ingenuos que crean que ésta es la libertad redentora del hombre.

"Y a los que por ignorancia, estupidez o canallesca malicia nos llaman partidarios de un régimen político contrario a las bases de nuestra civilización cristiana, digámosle que una juventud como la juventud nacionalista, que ha bebido su doctrina de política espiritual y social, teniendo como fuente la palabra de los maestros de la filosofía católica, no podrá nunca sostener principios contrarios a esa doctrina.

"Camaradas: Que el próximo 1º de mayo nos encontremos otra vez reunidos en esta plaza, donde la estatua del General San Martín se levanta para recordarnos en toda hora nuestro deber de salvar la independencia que él conquistó con sus soldados. Que la sangre de nuestros muertos; que la memoria de estos camaradas cuyos nombres ilustran con su sagrado recuerdo la tribuna de la Alianza de la Juventud Nacionalista, levante nuestro valor para defender lo que ellos defendieron con su vida".

martes, 22 de abril de 2008

CONGRESO NACIONAL DE FILOSOFIA DE ABRIL DE 1949: UNA VEZ EL MUNDO ESCUCHO A LA PATRIA


Acostumbrados como estamos a tomar prototipos internacionales que modifican y moldean a gusto las culturas nativas y criollas, hoy cuesta imaginar que la Patria una vez fue tenida en cuenta por el mundo. Pero al tiempo que éramos tomados en cuenta, el país causaba sorpresa y admiración, porque se erigía ante la humanidad con una renovada fuerza que dejaba a un lado las miserias que arrastraban, tras de sí, los imperios y las ideologías que los mismos difundieron al mundo luego de cruentas guerras mundiales. Seguramente, era el momento de escuchar a un país del "subdesarrollo, periférico y bárbaro", según también nos han querido catalogar los que dominan el globo terráqueo.

En 1953, por ejemplo, Josef Stalin no salía de su asombro mientras escuchaba hablar al embajador argentino en la URSS, Leopoldo Bravo, sobre qué era en verdad el Nacional Justicialismo que gobernaba en Argentina. "El peronismo es novedoso para países que se ubicaron como lacayos de los poderes internacionales: defiende la soberanía nacional basada en la independencia económica y en la gestión de empresas argentinas o del Estado argentino: petróleo, agricultura, carnes, puertos, transportes, ferrocarriles, el agua y los minerales. No aceptamos ni el Fondo Monetario Internacional ni el Banco Mundial. Pero el peronismo rechaza por igual al comunismo (...) En suma, el justicialismo es una sublimación de la oposición de izquierdas y derechas. Es también un nacionalsindicalismo. Las dos filosofías políticas que engendró Occidente están perimidas...", decía el 7 de febrero de 1953 el embajador Bravo ante el imperialista comunista Iósif Visariónovich Dzhugashvili, más conocido como Stalin.

Existió por aquellos años una nueva filosofía autóctona la cual pudo darse a conocer de mejor manera en abril de 1949 cuando en la provincia de Mendoza tuvo lugar el Primer Congreso Nacional de Filosofía con intérpretes de las doctrinas filosóficas de los más representativos países de la tierra. Por nombrar solamente algunos pensadores de nuestro país podemos citar a Nimio de Anquín y el eclesiástico Julio Meinvielle. Un lujo, aquél, que, como bien advertíamos al principio, hoy parecería irreal.

El entonces presidente constitucional, Teniente General Juan Domingo Perón expondrá, en nombre de la Patria, los conceptos que desde hacía unos años regían los destinos nacionales y que, por primera vez en la historia, permitían ser tenidos en cuenta por otros países, inclusive aquellos que hasta entonces solamente exportaban sus formas de vida.

Recopilados esos conceptos en un muy interesante libro cuya edición corrió por cuenta de la Subsecretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación en 1950, "Año del Libertador General San Martín", al presente constituyen una muestra invalorable de tiempos de grandeza, innovación, criollismo e impronta nacional.

Queremos, pues, recopilar a renglón seguido algunas de esas frases vertidas por el tres veces presidente de la Nación durante las jornadas en que duró dicho congreso, conceptos que cada vez que el calendario marca el mes de abril son penosamente olvidados por algunos otros llegados desde el exterior:


LA LIBERTAD

"La libertad posee carta de naturaleza en los pueblos que poseen una ética, y es transeúnte ocasional donde es ética falta. Santo Tomás dice: "La libertad de la voluntad es un supuesto de toda moral; solamente las acciones libres, derivadas de una reflexión racional, son morales." Es cierto que sólo esas acciones pueden alcanzar el calificativo de morales cuando se han producido con arreglo a ciertos requisitos. La libertad fue primariamente sustancia del contenido ético de la vida. Pero, por lo mismo, nos es imposible imaginar una vida libre sin principios éticos, como tampoco pueden darse supuestas acciones morales en un régimen de irreflexión o de inconsciencia".

(Abril 9 de 1949, Congreso Nacional de Filosofía)


LOS MARXISTAS

"Hegel convertirá en Dios al Estado. La vida ideal y el mundo espiritual que halló abandonados los recogió para sacrificarlos a la Providencia estatal, convertida en serie de absolutos. De esta concepción filosófica derivará la traslación posterior; el materialismo conducirá al marxismo, y el idealismo, que ya no acentúa sobre el hombre, será en los sucesores y en los intérpretes de Hegel, la deificación del Estado ideal con su consecuencia necesaria: la insectificación del individuo. El individuo está sometido en éstos a un destino histórico a través del Estado, al que pertenece. Los marxistas lo convertirán a su vez en una pieza, sin paisajes ni techo celeste, de una comunidad tiranizada donde todo ha desaparecido bajo la mampostería. Lo que en ambas formas se hace patente es la anulación del hombre como tal, su desaparición progresiva frente al aparato externo del progreso, el Estado fáustico o la comunidad mecanizada".

(Abril 9 de 1949, Congreso Nacional de Filosofía)


PENSAMIENTO DEMOCRATICO

"El problema del pensamiento democrático futuro está en resolvernos a dar cabida en su paisaje a la comunidad, sin distraer la atención de los valores supremos del individuo; acentuando sobre sus esencias espirituales, pero con las esperanzas puestas en el bien común".

(Abril 9 de 1949, Congreso Nacional de Filosofía)


EL CRISTIANISMO

"El cristianismo enriqueció la personalidad del hombre e hizo de la libertad, teórica y limitada hasta entonces, una posibilidad universal. En evolución ordenada, el pensamiento cristiano, que perfeccionó la visión genial de los griegos, podría más tarde apoyar sus empresas filosóficas en el método de éstos, y aceptar como propias muchas de sus disciplinas. Lo que le faltó a Grecia para la definición perfecta de la comunidad y del Estado fue precisamente lo aportado por el cristianismo: su hombre vertical, eterno, imagen de Dios. De él se pasa ya a la familia que a través de los municipios integrará los Estados, y sobre la que descansarán las modernas colectividades".

(Abril 9 de 1949, Congreso Nacional de Filosofía)


LIBERTAD Y RESPONSABILIDAD

"Nuestra comunidad, a la que deseamos llegar, es aquella donde la libertad y la responsabilidad sean causa y efecto, en que exista una alegría de ser fundada en la persuación de la dignidad propia. Una comunidad donde el individuo tenga algo que ofrecer al bien general, algo que integrar y no sólo su presencia muda y temerosa".

(Abril 9 de 1949, Congreso Nacional de Filosofía)


NUESTRA DOCTRINA

"Nuestra doctrina no cree en la violencia que desgarra sino en la superación que eleva; en la plenitud de su cometido, sin miras egoístas en las relaciones cada día más complejas del hombre con la comunidad. Le hemos devuelto la fe en sí mismo y en la calidad de su empresa. Eso nos ha salvado, quizás porque el hombre, en trance de prueba, se salva por los signos más vivos y las soluciones más elementales".

(Abril 13 de 1949, Acto en honor de los delegados al Primer Congreso Argentino de Filosofía)


EL EGOISMO

"El egoísmo que forjó la lucha de clases e inspiró los más encendidos anatemas del materialismo es al mismo tiempo sujeto último del proceder ético. Corresponde seguramente una actitud ante esa disposición cerrada que produce la sobreestimación de los intereses propios. La enunciación de tal cosa corresponde en la Historia a una sangrienta y dura evolución, cuyo fin no podemos decir que se haya alcanzado. El egoísmo estaba destinado, acaso por designio providencial, a transformarse en motor de una agitada edad humana. Pero el egoísmo es, antes que otra cosa, un valor-negación; es la ausencia de todo calor. Combatir el egoísmo no supone una actitud armada frente al vicio, sino más bien una actitud positiva destinada a fortalecer las virtudes contrarias; a substituirlo por una amplia y generosa visión ética".


Podríamos continuar enumerando las semblanzas, propias de un estadista que como bien nos decía un paisano del campo bonaerense, "no fue comprendido por nosotros, los argentinos".

lunes, 7 de abril de 2008

JUAN MANUEL DE ROSAS MERECE MAS REIVINDICACIONES DE PARTE DEL PUEBLO ARGENTINO

Antiguo sepulcro del Brigadier General Rosas en Southampton, Inglaterra. Debieron pasar 112 años para que sus restos descansaran en la Patria. En la actualidad, en esta tumba reposan, como en el olvido más despreciable, los restos de Manuelita Rosas y los de su esposo, Máximo Terrero. ¿Hasta cuándo? ¿Por qué?


El próximo miércoles 9 de abril de 2008 habrá, en la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires, una audiencia pública donde se debatirá la ley que, posiblemente, le adjudique a una estación de subterráneos de la Línea B el nombre de Juan Manuel de Rosas. Como afirma un medio local, se tratará de compensar una antigua ordenanza del Concejo Deliberante del año 1974 por la cual se incurrió en denominar a la actual Avenida Monroe como Avenida Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas. Esto último fue modificado por el último gobierno militar de facto quien, en 1976, restituyó el nombre del ex presidente de los Estados Unidos.

En los últimos años es de destacar que ante cualquier iniciativa que haya consistido en sugerir colocarle a un espacio público el nombre del Restaurador de las Leyes, aquélla debió ser rectificada por "imprudente", por "polémica", porque "reivindicaba a un tirano", etc., etc., según la tramposa dialéctica mitro-marxista dominante. Sin embargo, en un mundo donde los medios de comunicación permiten acceder con notable facilidad a la obtención de mayor información sobre cualquier tipo de cuestión, hay que destacar, también, que tantos años de gobierno rosista no se pueden ocultar ya así nomás.

De allí que, por lo menos en el último lustro, numerosos autores han querido debatir con los miembros de la intelligentzia colonialista, que demuestra no ser ni democrática, ni tampoco, desde luego, federal y patriótica.

En los primero meses del año 2003, por ende, existió la iniciativa de ponerle Avenida Juan Manuel de Rosas a tres cuadras de la extensa Avenida Domingo Faustino Sarmiento, cuya longitud alcanza las 26 cuadras. Como fue de esperarse, dicho proyecto levanto su consiguiente polvareda. En un artículo redactado por el escritor y autor de dicho proyecto, Mario "pacho" O'Donnell, el 7 de abril de 2003 para el diadio "La Nación", se leía lo que sigue:

(...)

"También doy por descontado el malhumor del gran sanjuanino, porque la ciudad de Buenos Aires lo honra principalmente como enemigo de Rosas y menos como literato y educador, ya que la mentada avenida era en su origen la avenida de Las Palmeras, sobre la que se erigía la casa de don Juan Manuel, lo que constituye la vindicativa afrenta original. Como si fuera poco, la bella estatua de Sarmiento, obra de Auguste Rodin, fue emplazada entre los arbustos de Palermo, en el lugar exacto donde estaba el dormitorio de Rosas.

"Es insólito que algunos críticos pasen por alto la racionalidad de proponer ese lugar para poner el nombre del Restaurador: allí vivía, ésos eran sus jardines y allí se eleva el monumeto que lo recuerda. Ninguna otra motivación...

(...)

Más adelante, O'Donnell intentaba hacer justicia no únicamente con Juan Manuel de Rosas sino con otros ilustres nombres de caudillos federales del interior de la Patria, de quienes no se guarda ni un mísero lugar para su recordatorio en la ciudad capital, como si de extranjeros se tratara:

"En Caseros, más que una batalla entre tiranía y democracia, se dirimieron dos proyectos de país. Uno fue vencedor y el otro, derrotado. Es hora ya, siglo y medio más tarde, de que la nomenclatura callejera de Buenos Aires pierda su revanchismo, que no sólo niega una calle a Rosas, sino también al santafecino Estanislao López, al entrerriano Francisco Ramírez y al cordobés Juan Bautista Bustos, caudillos encomiables, a quienes, entre otros méritos, se les deben los "tratados preexistentes" a los que hace mención nuestra Constitución.

"(...) En cambio, hay calles que celebran triunfos de las fuerzas unitarias sobre las federales (Camacuá, Angaco, Yeruá y otras); en ninguna ciudad civilizada celebran las batallas entre hermanos...".


Tan claros conceptos, no obstante, chocan con la mediocre capacidad investigativa y argumentativa de los panegíricos del unitarismo masónico de nuestros días. Como decíamos, las mentiras que éstos sostienen acerca de un General Rosas "despótico", "bárbaro" o "tirano" necesitan ser recargadas constantemente porque las mismas son, cada día que pasa, más débiles e inconsistentes a la luz de las documentaciones históricas y oficiales, lo mismo que bajo las opiniones de argentinos esclarecidos en y con la verdad de los hechos pasados.

En una carta de lectores del periódico "La Nación" del 12 de noviembre de 2005, un ciudadano opinaba así de Rosas: "Tan cierto como que los federales fusilaron, enviaron a los opositores al destierro y expropiaron los bienes de sus adversarios, fue que los unitarios también lo hicieron y aún después de muerto Rosas. También lo es que el mismo Rosas murió pobre, desterrado, con sus bienes expropiados y sin lugar a dudas, de haber retornado a su patria hubiera sido fusilado...".

Sobre el accionar "civilizado" de los unitarios ilustrados que combatieron y combaten la figura de Juan Manuel de Rosas, poco se habla, aunque algunos valiosísimos libros revisionistas argentinos han acercado al lector común, el de pueblo, los asesinatos y el terror que los liberales impusieron y llevaron a la práctica en el país. Una de esas obras gráficas tiene como autor a Alberto Ezcurra Medrano, y se llama "Las Otras Tablas de Sangre". No vamos a citar el libro en sí, cuya totalidad vale la pena leerse por la precisión de sus datos, sino que referiremos apenas una parte del prólogo escrito por Alfredo Tarruella, en la segunda edición de aquél (Julio de 1952). Esto nos señala:

(...)

"Es curioso observar cómo al sectarismo liberal, en su anhelo de trastocarlo todo con fines de sectarismo político, no se le ocurrió advertir que la falsificación de la historia en la forma grosera en que lo hicieron no podía persistir indefinidamente, ya que, frente a los crímenes que se atribuyen a Rosas, las atrocidades del terror celeste -a pesar de la destrucción de documentos que hicieron los unitarios- son tan evidentes, que sólo el odio, la ceguera y la mala fe de varias generaciones de gobernantes liberales han podido ocultarlas. Y con este sistema de criminal ocultación han padecido también hechos gloriosos, acontecimientos de la época rosista, como la lucha por la soberanía argentina contra Francia e Inglaterra, ocultación que revela el grave delito de traición contra la patria y el espíritu de los argentinos.

"El proceso del terror celeste -prosigue Alfredo Tarruella-, desde Rivadavia hasta Sarmiento, está relatado por Ezcurra Medrano. Los fusilamientos en masa e individuales mandados ejecutar por órdenes de Lavalle, Lamadrid, Paz, Mitre, Sarmiento y los demás jefes unitarios, son incontables. Pero la guerra civil, provocada por los unitarios en unión con los extranjeros, suscitadora de los odios más enconados y las venganzas más cruentas, continuó después de la caída de Rosas, y el terror liberal que reemplazó al unitario pudo proseguir con sus asesinatos y degollaciones, hasta que el triunfo definitivo de la heterodoxia, encarnada en figuras masónicas como Mitre y Sarmiento, inició la era de un crudo y persistente materialismo...".

Deseamos que lo que vaya a discutirse este próximo 9 de Abril en la Legislatura porteña resulte un triunfo del nacionalismo argentino y de la corriente revisionista, e incluso que sirva para poner en boca de todos la figura ejemplar del Restaurador de las Leyes, prototipo del honrado gobernante gaucho, militar y católico. Y que, como si se tratara de un llamado patriótico, las distintas corrientes organizativas y/o movimientistas del campo nacional acudan para dar una señal de que la Patria no está totalmente derrotada.