lunes, 29 de junio de 2009

CARLOS A. DISANDRO Y UNA CONFERENCIA DE 1971 SOBRE LA SINARQUIA

Carlos Alberto Disandro

No es habitual encontrar material en Internet sobre ese nacionalista y peronista doctrinario llamado Carlos Alberto Disandro, quien era doctor en Letras y uno de los mejores cuadros que tuvo el Movimiento Nacional Justicialista en los sangrientos y confundidos años de la década de 1970. Aunque su obra bibliográfica es vastísima, no pocas obras suyas refieren a la Sinarquía Internacional y la influencia que ella ejercía en nuestro país luego de materializado el golpe de Estado de septiembre de 1955.

Antes de adentrarnos en lo específico de este posteo, diremos que el doctor Disandro fue, durante la primera presidencia del teniente general Juan Perón, profesor titular en la Universidad Nacional de La Plata. Cuando el cipayaje tomó ilegamente el poder a fines de 1955, Carlos Disandro fue uno de los cerca de 4000 profesores universitarios y docentes escolares que resultó cesanteado por tener y sostener un pensamiento nacional en los claustros.

En sus escritos exponía numerosas pruebas que rara vez eran o podían ser refutadas. Basándose, como decíamos con anterioridad, en la crítica medular dirigida hacia el poder sinárquico mundial, Disandro incluía entre sus fuerzas componentes al jesuitismo (Compañía de Jesús), a la subversión marxista infiltrada ya por entonces en el peronismo y a los diferentes gobiernos militares y civiles que pasaron por la Casa Rosada luego de la destitución de Juan Domingo Perón.

Promediando los años 70, Disandro fue maestro y guía de las juventudes del peronismo ortodoxo o doctrinario. Lo que sigue es, pues, un resumen de una conferencia por él brindada el día 26 de setiembre de 1971, en el local del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas, calle Belgrano 170, Córdoba capital. Esta charla estaba auspiciada por la CNU (Concentración Nacional Universitaria) - Sección Córdoba, y salió publicada en su totalidad en la obra "La Conspiración Sinárquica y el Estado Argentino", Ediciones Independencia y Justicia, 1973. Una última aclaración: esta esclarecedora alocución de Disandro tenía dos partes, una en la que intentaba explicar la "política sinárquica" y la otra titulada "política fundacional". Para no hacer de este posteo algo tedioso, nos abocamos a resumir la primera parte de la disertación solamente. Esperamos sea de vuestro interés:


(...)

"El tema de la conferencia, de la conversación, es "Política sinárquica y política fundacional", lo que equivale a señalar que tiene dos partes. En la primera parte voy a explicar lo más claramente posible, qué es eso de "política sinárquica", sobre la cual, como Uds. saben, el Gral. Juan Perón insiste en señalar como una de las causas del rumbo antinacional en la Argentina. Siguiendo una sugerencia del propio general, es preciso esclarecer sobre este significado. Tal es mi modesta misión. Y en la segunda parte, a su vez, explicaré qué es "política fundacional" y cómo entronca con la doctrina justicialista a nivel de la situación política concreta. (...)

Además, resulta una ocasión oportuna desarrollar este tema, para meditar el asedio que han establecido las potencias imperialistas, supranacionales y contranacionales respecto del país.

(...) Si tomamos como punto de partida el final de la Primera Guerra Mundial, el lapso que sigue entre las dos guerras y luego las conclusiones de la Segunda Guerra Mundial, observaremos un fenómeno característico en la historia del mundo moderno: la concentración de poderes, que después de abatir los grandes imperios, reinos, naciones, estirpes, tienden a un proceso de unificación mundial; se produce entonces, desde Yalta, desde la Conferencia de Yalta -para tomar un límite que no sea muy lejano- un primer reparto del mundo, como consecuencia de la derrota de Europa en la guerra mundial. Porque no fue la derrota de una nación; fue derrotado un continente. Este punto es importante para comprender lo que pasa 25 años después.

A ese nivel, mientras tanto, en América y en América Latina, ocurren fenómenos de una cierta importancia; entre ellos el acceso al poder del Movimiento Justicialista. La revolución del 43, el 17 de octubre del 45 y el proceso que todos conocemos, interrumpido por la primera revolución sinárquica de América: la Revolución de 1955. Por ahora le damos la denominación: Revolución Sinárquica de 1955. Si Uds. recuerdan, desde ese instante se producen una serie de movimientos a lo largo del mundo latinoamericano, que concluyen con partidos, sectores, pactos, cuyo sentido ahora nos interesa.

De manera entonces que esta revolución del 55 tiene el signo correspondiente a la política internacional derivada de esta situación de Yalta y así nos vamos encaminando, dentro del ámbito nacional, al proceso de esta revolución sinárquica del 55, que abate un poder nacional y produce un proceso en el cual estamos; nos contentamos ahora con señalar las fases de la supuesta Revolución Argentina o de la así llamada Revolución Argentina, cuyas tres fases sinárquicas: la de Onganía, la de Levingston y la de Lanusse, prolongan contrapuestas fases internacionales y representan un aspecto de la continuidad sinárquica del 55, el abatimiento del poder nacional.

(...) La palabra sinarquía está construida, a semejanza de los antiguos términos que indicaban las formas de gobierno; por ejemplo: oligarquía. Así que monarquía, oligarquía, sinarquía, tetrarquía, diarquía, son viejos términos griegos, con que los griegos designaron las realidades políticas, y que pasaron a la filosofía política de Occidente y siguen en vigencia como una palabra de sentido común. Salvo que la palabra "sinarquía" aparece a nivel político en un momento dado, tiene una significación particular, que voy ahora a explicar más detenidamente según su etimología. Así, "oligarquía" quiere decir poderes o poder o gobierno de pocos que ilegítimamente se apoderan del todo; y "monarquía" quiere decir gobierno de uno solo, pues el término griego se funda en esa parte que dice "arquía": olig-arquía, mon-arquía; arquía es una palabra que deriva de otra palabra griega: "arkhé", que quiere decir principio. Entonces tenemos: "arkhé": principio; "arquía": es gobierno o conducción política, pero en el sentido no doctrinal sino empírico concreto, como un principio real que se está moviendo, no como algo abstracto, como algo doctrinario, sino como un principio eficiente, efectivo, que establece un orden o un caos, un camino recto o un desvío, esto es importante. De manera que esta sería la noción fundamental, a la cual agregamos esta expresión inicial o prefijo sin (sin-arquía) que quiere decir convergencia; o sea, hay muchos poderes, como principios concretos que están en el mundo desde hace 25 años, o 40 años, o 50 años, o los años que Uds. quieran; ahí podemos discutir. Estos poderes aparentemente opuestos, convergen a un único centro de poder. (...) Se trata de la arquía, es decir del principio político concreto, pero con la particularidad de que está constituido por ingredientes que en sus orígenes estaban dispersos, y ahora convergen con tremenda realidad.

(...) Esa convergencia se dio precisamente en la revolución de 1955 que abatió el Movimiento Nacional en el poder; le quitó la "arquía", y se la entregó a la "sinarquía". Eso es todo. Y el combate actual es recuperar la "arquía", quitándosela a la sinarquía, si no se da esta batalla y esta victoria, se destruiría el Movimiento Nacional y la Nación Argentina entraría en un horizonte sombrío.

(...) En 1946, en mayo de 1946, el escritor inglés Stephen King-Hall, director de National News Letter y autor de varios libros muy importantes, por ejem. La victoria total, historia de la guerra (de la 2da. guerra mundial), en una serie de artículos publicados en su propio periódico de Londres, estableció ya la necesidad de superar el esquema de las Naciones Unidas, recientemente fundadas, en ese momento, y procurar de alguna manera un solo gobierno para el mundo. (...) Como argumento fundamental de este planteo de King -y otros- está el hecho del descubrimiento y de la utilización de la bomba atómica, que establecía un nuevo equilibrio de poderes en el mundo. Dice entonces en uno de sus trabajos: "La única defensa posible contra la bomba atómica, consiste en crear un mundo nuevo en el que nadie tenga el menor deseo de agredir a nadie con bombas atómicas...". Es decir, empieza por presentarnos el miedo. Después agrega: "La formación de Estado Mundial o Gobierno para el mundo, como resultado de la evolución natural, habría tardado probablemente uno o dos siglos en producirse. La Sociedad de las Naciones que fue sucesora de muchos esfuerzos similares hechos previamente, no logró su intento. Los estados que la integraban no quisieron doblegar la cerviz al yugo relativamente leve del pacto acordado. Veinticinco años después, en San Francisco de California, otro intento, muy débil por cierto, de someter la soberanías nacionales a normas razonables en bien de la humanidad entera, fue aprobado en un ambiente de pesimismo". Y concluye con un párrafo decisivo: "Para resolver estos problemas, preciso es, ante todo, no tener miedo en admitir que el gobierno para el mundo no es ya meramente la rosada ilusión de unos cuantos idealistas. El gobierno único para el mundo, se ha convertido en una necesidad cruda, práctica y urgente".

En esa línea inglesa tenemos el famoso caso del escritor inglés Toynbee, que como Uds. saben, vino a la Argentina en 1966 y pronunció una sola conferencia, a nivel de todas las universidades nacionales y a nivel de todos los institutos militares de la más alta conducción de la defensa nacional argentina. Y en esta última conferencia sostuvo Toynbee la tesis ya enunciada veintitantos años antes. A saber: o bomba atómica destructiva, o gobierno mundial. (...) Escucharon esta tesis de Toynbee todos los universitarios (estamos en 1966, en la segunta mitad de 1966) y todos los militares que, en ese momento cursaban estudios en las academias militares: la Escuela Nacional de Guerra y el Centro de Altos Estudios, sobre cuyos ámbitos el escritor inglés presionó en la línea sinárquica, en medio de la Revolución Argentina. Signo claro de las tendencias sinárquicas. Quien habla tuvo el honor de responderle públicamente en Buenos Aires con una conferencia en cuya organización intervinieron universitarios y sindicalistas. La disertación se titula "Respuesta de un aborigen a Toynbee". Los mismos que organizamos este acto, en un telegrama al Ministro y al Presidente, solicitamos que si Toynbee, inglés sinárquico, había podido desarrollar su tesis en todos los organismos de defensa, por qué un argentino no podía ir a rebatirlo. Naturalmente que no tuvimos respuesta. (...)

Una imagen histórica de 1971: acto de la CNU (Concentración Nacional Universitaria); el que habla es el dirigente Viglizzo, y a su izquierda puede verse al por entonces secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci. Una instantánea de los tiempos.

Finalmente, como esquema definitivo de este proceso empírico, se podrían estudiar las actuales situaciones derivadas de los acuerdos anglo-yanqui-ruso-chinos. Sobre este punto parece oportuno recordar, que el paso de Nixon para entrar en relación con la China de Mao, es una de las fases de concentración de los poderes sinárquicos. Este viaje de mister Kissinger a China, significa el primer paso de esta apertura. (...)

Muy bien, esta misión lleva Mr. Kissinger. Mr Kissinger, empecemos por señalar, no es norteamericano, no es yanqui. Es un judío alemán, emigrado a EE.UU. cuando tenía 15 años. Entra en la Universidad de Hardvard y se conecta con el grupo ideológico de la Universidad de Hardvard, el mismo que llevó al poder a Kennedy, y cosa curiosa, Mr. Kissinger fue asesor de Kennedy, de Johnson y de Nixon. Cuando fue asesor de la política de Kennedy (según ese momento de los dos centros de poder) en el campo de las tensiones yanquis que posibilitaron el establecimiento del poder castrista en Cuba, Kissinger es desconocido. Pero conviene recordar, contra los ilusos, que el poder castrista en Cuba es efecto de esa política.

(...) Luego fue asesor de Johnson en la política contrapuesta a la de Kennedy. Y asómbrese, con Johnson recibió ya la misión secreta de viajar a Hanoi y entrevistar al entonces vivo Ho Chi Min. Qué fue de esta reunión secreta entre Kissinger y Ho Chi Min, no lo sabemos. (...) De manera que Kissinger intervino, en el momento preciso en que Johnson ordenaba los bombardeos más severos a Vietnam del Norte, en esta misión secreta a Hanoi. Y finalmente, es asesor de Nixon y recibe esta misión de establecer las posibilidades de contacto con China comunista y de establecer además, las posibilidades del viaje del presidente Nixon, lo que equivale a decir la aceptación de China en las Naciones Unidas, etc., etc. (...) Todos reconocen a China comunista y nuestra cancillería, como Uds. saben, por lo menos en los días que precedieron a mi viaje a Córdoba, estaba estudiando el reconocimiento de la China de Mao. Acá tenemos un ejemplo claro del proceso sinárquico, que no sólo concentra el poder, sino que obliga a las naciones a hacer esa política. (...)

Este Kissinger, entonces, es un personaje que está en el cerebro del poder sinárquico y en este momento es probablemente uno de los hombres más poderosos del mundo, cn cuyo teléfono aconseja a Nixon, como Uds. saben. (...) Los diarios argentinos no nos dicen esto frecuentemente, pero los diarios yanquis lo dicen hasta el cansancio y nos dicen incluso cómo es el teléfono, qué color tiene y cómo es la línea. (...)

Bien, no quiero fatigarlos; tengo aquí otro material, de la más diversa categoría, que se refiere a este problema. Por ejemplo: mientras el consejero Kissinger realiza la gestión de apertura política, sabemos que EE.UU. proyecta establecer, en Rusia, la industria pesada más importante. Dice así la noticia de agosto del 71, contemporánea de estas noticias: "El gobierno estadounidense aprobó la exportación de equipos por valor de ciento sesenta y dos millones de dólares a la Unión Soviética, destinados a la construcción de la fábrica de camiones más grande del mundo". No leo todas las demás noticias porque con eso basta. En resumen se trata de una concentración política, por un lado, y un poder económico, por otro lado, que interviene en la construcción de las distintas fases que se dan en este momento a nivel mundial. (...)".

jueves, 18 de junio de 2009

UNIFORME DE SOLDADO DEL BATALLON DE SERENOS (1849)


Que el año 1849 fue uno de los mejores en la vida interna de la Confederación Argentina, no tenemos dudas al respecto. En ese momento, Inglaterra firmaba la paz con Juan Manuel de Rosas luego de haber invadido la Patria, entre 1845 y 1846, en los sucesos que dieron lugar a la Guerra del Paraná. En 1850 haría lo propio la otra potencia imperial invasora, Francia.

Todo parecía encaminado hacia la consolidación del éxito nacional bajo un sistema de valores criollos, donde el gauchaje tenía un bien ganado espacio en la sociedad, con derechos ofrecidos a él por el gobierno federal, y donde los mulatos, los indios y los negros gozaban de tantos privilegios como los sectores más selectos. El respeto, el orden, la educación, nada quedaba librado al azar. Se combatía a la masonería extranjera como a todo elemento anárquico hostilizante y ajeno a nuestro modo de vida. Se exaltaban las fiestas religiosas y se castigaba como a un traidor al que robaba dinero público.

Las características de la Confederación Argentina de 1848 a 1850 todavía siguen ocultas a los ojos de los argentinos. Es la etapa inmediatamente anterior a la entrega de la pampa y del levantamiento de los traidores que triunfarían en la batalla de Caseros en 1852. No hay información que indique la tranquilidad y solvencia de un país que, casi a mediados del siglo XIX, conoció en carne propia lo que era ser respetado como nación en el mundo. Por eso, aunque sea apenas una pequeña muestra de lo que existía en aquella época, queríamos traer en esta oportunidad la descripción de un uniforme empleado en el año 1849, que no apareció jamás en ningún manual o libro de lectura escolar de historia argentina.

Agregamos aquí, además, que la historia de los uniformes patrios nos dice mucho sobre nuestros orígenes y sobre nuestras costumbres, de allí el interés que despiertan en determinadas personas que fundan organizaciones o agrupaciones dedicadas exclusivamente a su exposición, colección y estudio.

Uniforme de soldado del Batallón de Serenos de 1849. Un cuerpo armado del país, de una época en que vivíamos con pleno ejercicio de la soberanía nacional. Prometemos más posteos de este tipo en el futuro:

"El Cuerpo de Serenos, al igual que los efectivos de la Policía, fue militarizado con motivo de la situación interna y la agresión y bloqueo de países extranjeros. Esto sin perjuicio de seguir atendiendo la función específica de vigilancia nocturna de la ciudad.

A raíz de ello sus integrantes fueron uniformados como soldados de infantería con gorro de manga azul del tipo mitra, chaquetilla corta azul de una hilera de botones amarillos, con vivo y divisa colorados, y pantalón recto azul con franja roja.

Su armamento consistió en fusil de chispa con bayoneta de cubo, y los efectivos se incrementaron con la incorporación de los Comisionados de Manzana, vecinos que tenían en forma honoraria a su cargo la recaudación del impuesto del que provenían los fondos para retribuir los servicios de los Serenos.

En cuanto a la organización del Batallón consistió en una Compañía de Granaderos, una de Artilleros y cuatro de Fusileros. Al igual que otras formaciones militares tuvo también bandera y banda de música e integró las fuerzas de la Confederación Argentina hasta la Batalla de Caseros, en la que tomó parte. Luego fue desmilitarizado y reintegrado a la misión específica de vigilancia nocturna que motivara en 1834 su creación.

Una fiel reproducción de la calle Santa Rosa (hoy Bolívar) vista desde la esquina de Federación (hoy Rivadavia), permite apreciar los Altos de Malló, de Escalada, el Departamento de Policía, y en último plano el Cabildo, zona la más céntrica entonces de la ciudad".

[Extraído de "Antiguos Uniformes Policiales. 1812-1936", Publicación N°6 del Museo Policial, Buenos Aires 1974].

martes, 9 de junio de 2009

CONCLUSIONES DE UNA PRESENTACION EXITOSA Y PATRIOTICA

El teniente 1° Post Mortem Roberto Estévez, a la derecha de la imagen, junto a un camarada. Malvinas, 1982.


Parece mentira que pasados más de 25 años desde la jornada en que recuperamos la soberanía nacional de las islas Malvinas, todavía haya que esquivar determinados obstáculos y hasta pedir permiso para homenajear a los familiares de los héroes que han dado hasta la vida por una causa más que justa. Y éste no es, sino, el efecto de lo que con el tiempo y la vergüenza hemos denominado como la ‘desmalvinización’, que esconde el recuerdo de las vivencias de aquellos hombres elegidos para una misión sublime e inigualable: estar listos a morir por Dios y por la Patria.

En un tiempo plagado de mezquindades inconfesables e individualismos inservibles, es lógico que no se entienda la grandeza de los Soldados –jamás “chicos”- que vieron truncadas sus vidas terrenales para siempre. Hoy nunca se entendería lo que es morir defendiendo a un camarada, dando órdenes en medio del desangramiento o estando plenamente convencido del riesgo que hay que correr para lograr el beneficio colectivo de la patria y de su pueblo.

Para evitar el reconocimiento de los elegidos, se sirven un sinfín de malintencionados y una gran cantidad de medios quienes, expectantes y atentos a las reivindicaciones y exaltaciones que se hagan en honor de aquéllos, no dudarán en salir de su comodidad insatisfecha para mantener a raya los intereses nacionales.

Algo así ocurrió a finales del mes de mayo último, cuando se hizo la presentación de la obra “Estévez, vida de un Cruzado”, del señor Federico Gastón Addisi, la primera dedicada a ese formidable teniente del Ejército Argentino que murió defendiendo la tierra querida. Aproximadamente unas 70 u 80 personas, varias de ellas paradas, siguieron las alternativas de la conferencia que contó con la estimable presencia del ex coronel Mohamed Alí Seineldín, jefe en las islas Malvinas de Estévez. También hubo numerosos familiares de héroes caídos en el conflicto y hasta algunos veteranos de guerra.

Entre los que hicieron uso de la palabra, estuvieron Seineldín, Julio César Trejo, ex combatiente de Malvinas, y el autor del libro Federico Addisi. Al lado de él se encontraba María Julia Estévez, hermana del homenajeado y quien se vino especialmente desde Misiones para la cita de honor.

Pero veamos los errores de la nota que sacó, días después de la conferencia, el periódico “La Nación”. Salió publicada el 25 de mayo de 2009 y dentro de la sección titulada “En off”, con la particularidad de que las notas o crónicas que allí se encuadran, no llevan el nombre o la firma del periodista que las hace o redacta. Todo lo cual, agregamos, da cierta impunidad al cronista mentiroso o tergiversador. Esto en primer término.

En segundo lugar, empieza muy sugestivamente la nota diciendo que “la sala principal del Instituto Juan Manuel de Rosas, que depende de la Secretaría de Cultura de la Nación, fue el viernes último sede de un regreso inesperado. Mohamed Alí Seineldín, ex militar carapintada, volvió a escena esa noche…”. Sin lugar a dudas, estos tres primeros renglones delimitan alguna supuesta “irregularidad” entre tener como invitado a Seineldín en la sala de conferencias de un instituto que depende de la Secretaría de Cultura. Primera mala intención por parte del matutino.

Tercero: señala que Seineldín empleó “el mismo léxico combativo” (sic) que cuando combatió en las islas Malvinas o cuando se alzó “contra la democracia”. Aquí subyacen dos errores notables. Ni Seineldín se dirigía a un público castrense (de hecho la gran mayoría eran civiles) ni tampoco se dirigió al mismo de forma combativa, dura o con órdenes estrictas a ser cumplidas. No era un campo de batalla aquello, sino la presentación de una obra dedicada a un héroe de Malvinas.

Cuarto error: en ninguna ocasión el ex coronel Seineldín se refirió al “poder judío” (sic) como posible factor de un conflicto futuro entre China y Estados Unidos. Para ello, hay una filmación y varias grabaciones de audio que testimonian la gloriosa jornada y que pueden ser pedidos por cualquier persona que tenga dudas al respecto.

Como quinto error, nos avocamos a la parte de la nota de “La Nación” que dice que “a diferencia del ex coronel, Addisi sí criticó al kirchnerismo”. Decíamos casi al empezar a redactar esta nota, que la hermana del “Toto” Estévez, María Julia, permaneció sentada al lado de Federico Addisi en el transcurso de toda la presentación del libro. Veamos el siguiente correo electrónico que le envió a Addisi repudiando los conceptos vertidos por “La Nación”:


“Querido Federico (Addisi), con mucho asombro he leído el comentario del diario La Nación donde comenta lo acontecido durante y después de la presentación del libro “Estévez, vida de un cruzado”, me molestó mucho el tenor de dicho comentario ya que durante el desarrollo del acto se podía apreciar que los presentes estábamos unidos por un solo sentimiento: Malvinas; que fue el que impulsó a Roberto a ofrendar su vida en Pradera del Ganso y que fue justamente eso lo que resaltaron los oradores. Espero que trasmitas a la gente del Instituto mi reconocimiento y agradecimiento por el espacio que nos brindaron y espero que sigan adelante con sus actividades en defensa de nuestra nacionalidad.

Un abrazo Ma. Julia Estévez”.



¿Está claro de que en la conferencia no hubo críticas al kirchnerismo, como sugiere “La Nación”? Este esclarecedor correo que redactó María Julia Estévez sirve, además, para refutar el sexto error de una nota que en su versión digital tiene diez renglones y medio. Y esta sexta pifia se lee donde dice que la “crítica” de Addisi al kirchnerismo “provocó que muchos decidieran irse de la conferencia, que terminó envuelta en escándalo” (sic). La hermana del teniente Estévez, testigo presencial de la conferencia, nada nos dice acerca de escándalo alguno ni de la supuesta huída de los asistentes. Y agregamos un dato más, de alguien que también estuvo en la sala de conferencias del Instituto Rosas como es el que esto suscribe: de las casi 70 u 80 personas que asistieron a la presentación de la obra, ni bien terminó de hablar el ex coronel Seineldín, unas 4 o 5 personas agarraron y se fueron, y ninguna de ellas pudo escuchar, por ende, ni las primeras palabras que expresó Federico Gastón Addisi a continuación. Por eso, ¿a qué “muchos” se refiere la nota de “La Nación” cuando dice que aquéllos, precisamente, se fueron tras la “crítica” de Addisi a la administración kirchnerista, si como queda debidamente expresado aquí, esos 4 o 5 que se retiraron lo hicieron antes de que tomara la palabra el autor de la obra?

La tarde-noche de la presentación de la obra "Estévez, vida de un Cruzado", del compatriota y compañero Federico Gastón Addisi, el 22 de mayo de 2009. En la imagen aparece el ex coronel Mohamed Alí Seineldín hablándole al público que llenó las instalaciones del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas.

El 2 de junio, salió publicada una carta de lectores de Federico Gastón Addisi en el diario “La Nación”, en la que señala y retruca más subjetividades volcadas en la nota que sacara el matutino el 25 de mayo referida a la presentación del libro “Estévez, vida de un Cruzado”:


“Señor Director:

El día 25 de mayo pasado se publicó una nota titulada “Volvió Seineldín y habló de Dios y del demonio”. En la misma se comenta sobre “la vuelta de Seineldín”, sacando de contexto la presencia del coronel en la presentación de mi libro “Estévez, vida de un cruzado” y se ignora todo comentario a la cuestión de fondo: el libro mismo. En este marco, y por haber sido Jefe del Regimiento 25, en el que revistara Roberto Estévez (quien ofrendó su vida heroicamente en la Guerra de Malvinas), debe entenderse la presencia de Seineldín.

Por otra parte se incurre en un error al decir que dicho evento terminó en un escándalo y que el público se retiró ante supuestos dichos contra el “kirchnerismo”. Al respecto cabe aclarar que el salón donde se efectuó el acto estuvo colmado por gente que permaneció emocionada hasta el final de la presentación que tuvo como único tema la “cuestión Malvinas”, “la desmalvinización” y la figura de Estévez.

Tan negativo comentario generó que muchas entidades comprometidas con la editorial en la compra del libro se negaran a adquirirlo. No señalo esto por un afán de lucro; todo lo contrario, pues ignora el destacado periódico que las regalías de los libros fueron donados por mi persona a la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas, y a la familia de Roberto Estévez. Por lo que un desdichado comentario terminó generando grandes perjuicios que no dudo, la presente aclaración reparará.

Atte,

FEDERICO ADDISI
DNI 23.771.049”.



A raíz de esta carta de lectores, que, dicho sea de paso, no suscitó ninguna nota de redacción al pie de la misma por parte de la editorial de “La Nación”, lo cual hace cada vez que reafirma su propia posición, motivó varias felicitaciones para con lo expresado por Addisi, al tiempo que se solidarizaban con él. Transcribimos dos casos:


“Señor Federico:

Que bueno es aclarar las situaciones, que intentan ensuciar a quienes realmente tanto hicieron por la Patria.-

Nuestra función es pasar la posta, para que las futuras generaciones, sepan la verdad sobre Malvinas.-

Como conocida del Coronel, llevo Malvinas en mi corazón, desde 1982, trabajo en la causa ad honores.-

Justamente hoy, también se publicó una carta de lectores, de mi autoría y casualmente ví la suya por Malvinas.-

Nuevamente gracias por aclarar situaciones sobre nuestros héroes y nuestra gesta.-

Arq. Mónica Berraz”.



Y la otra carta, decía:


“Estimado Señor:

Totalmente de acuerdo en lo que ud. expresa, dígame por favor donde puedo adquirir el libro de su autoría.

Lo felicito por los conceptos por ud. vertidos, son los de todos los argentinos de bien que habitamos este suelo tan querido, por el cual hombres como Estévez o Giachino han dado su vida, al igual que el resto de aquellos que dejaron sus huesos para abonar la turba de Malvinas o las profundidades del mar argentino.

Lo saludo afectuosamente,

Jorge José Bacigalupo
Sargento (R) Policía Federal Argentina”.



Creemos que hechas todas las aclaraciones del caso, después de ésta desmentida, más la aceptación tácita de “La Nación”, y sumado a los correos de apoyo, no caben dudas de que la presentación del libro fue un éxito, y que el móvil que constituyó e hizo posible el acto no fue otro que el espíritu de Malvinas, el mismo que conmueve el alma de todo argentino bien nacido y mejor intencionado.


Por Tigre Capiango